Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

25 octubre 2008

Por alusiones

Nunca he pretendido que mi blog esté entre los más leídos (y no lo está) de la blogsfera palentina. Es verdad que de vez en cuando echo un vistazo a la web que gestiona las visitas, y más que el número en sí, por divertimento más que nada, me produce tremenda curiosidad cómo una búsqueda rara lleva a más de uno a entrar en mi blog a través del buscador Google.
Si hubiera tres tipos de consultas más frecuentes, éstas son: vocablos palentinos, Lafuente Zorrilla y mujeres/ocio palentino. Cosas raras de la vida, oye, allá cada cual y sus inquietudes. A veces me veo en deuda de hacer un post como éste por simples alusiones por y para quienes, perdidos por internet, dan con un blog como el mío que, encima, no les aporta lo que están buscando.
Sobre quienes llegan buscando "chiguito", "zanguango" o "arambol", decir tan sólo que existe un libro escrito por Roberto Gordaliza llamado "Vocabulario Palentino" que da buena cuenta de los diferentes términos que utilizamos en nuestras tierras. Conste también que este blog ya acoge alguna entrada al respecto. En el caso concreto del Arambol, muchos parecen buscar qué pasa con el supuesto Centro Comercial Arambol. Pues lo que es la licencia, está concedida por la Junta, y, además, se tiene previsto implantarse en el Sector 8, en los terrenos por los que Palencia está ahora creciendo, por donde el nuevo campo de fútbol. Tardará.
Sobre quienes buscan "Lafuente Zorrilla". Decir que son una familia numerosa, de ocho o nueve hermanos. Luis Lafuente fue presidente del Palencia, Isaías Lafuente es un conocido periodista, y Antonio Lafuente fue un profesor de matemáticas que, por desgracia, nos dejó hace más de un año. Al resto no tengo el gusto de conocerles. Seguramente muchos palentinos conozcan a más de uno de estos hermanos y mejor que yo. Al que mejor conocí fue a Antonio, del que recogí una carta que su hermano Isaías escribió y que fue publicada en Diario Palentino.
Y sobre el ocio y las mujeres... Prefiero concretar con búsquedas tremendamente raras que se hacen por ahí como "Martirio, porrones y cachis", "Echar un p... sin dinero por medio en Palencia" o "mujeres palentinas destacadas", aunque muchos buscan algo sobre alguna Miss Palencia, aunque no van a encontrar nada de interés porque, salvo Demelsa, que sí interesa, nos está costando Dios y ayuda encontrar alguna representante palentina de pro que nos represente. Sobre las mujeres, invito a cada cual que se acerque a Palencia y las conozca. Sitios de ocio, vicio y perversión donde se puede encontrar ambiente de mamoneo... se me vienen a la cabeza el Céndal, el Merlín (para más jovenzuelos), el Blues, el Carpanta y aledaños, la mítica Joy (desde que dejó de ser Joy no he entrado jamás, tampoco me han hablado bien del sitio), el Club 38 (para más maduritos/as)... es donde la gente se puede plantar un poco a bailar y puede mamonear si le apetece.
Sobre las palentinas, no voy a ser yo quien se meta gratis en jardines. Hay de todo, como en todas partes. Sobre quien busca algo más con una palentina que tomar algo y sin pasar por caja, lo siento, chico, a ver si alguien se deja algún comentario y te puede ayudar. Ánimo. Por cierto, sobre el Martirio... ¡grande el Martirio! Está en La Zona, y te ponen unos porrones que yo, al menos, no los he visto en ninguna otra parte. El de caramelo, no sé por qué, a los de casa y, sobre todo, a los foráneos, les encanta.
Todo esto me recuerda que hoy es sábado, sabadete... y además nos dejan una hora más, para dormir o salir de fiesta, cada cual que elija. Es lo que toca, feliz fin de semana.

15 octubre 2008

El valor de un canterano

Se habla del joven Canario. Un recién ascendido que sale a gol por partido y que ha pasado de canterano a nuevo ídolo de La Balastera. Hasta suena para los grandes: el Real Valladolid ya lo tenía en su agenda desde que militaba en juveniles, el Villarreal lo tiene apuntado por lo que pueda pasar, y dicen que su nombre ha llegado hasta el mismísimo Real Madrid. Puede ser más o menos creíble, pero el caso es que su nombre se prodiga por el codicioso mundillo de los ojeadores.
En el fútbol todo, absolutamente todo, pasa por que la pelotita entre o no. Si Canario las deja de enchufar, se pasará otro añito en el Palencia, que no está mal, en Segunda B, esperemos. Si las sigue enchufando, alguien llamará a las puertas del club: “Toc, toc, venimos a llevarnos a Canario”. Pagarán su modesta claúsula (por mucho que se la quieran subir seguirá siendo modesta para muchos equipos que apuesten por él) y a hacer las maletas.
Cambie de aires o no, el caso es que la situación del delantero debería ser un punto de inflexión para la actual directiva y para el cuerpo técnico. Canario es la reivindicación
de que la cantera existe y, bien trabajada, debe ser una fuente de talentos. Y no estamos hablando de formar perlas para un equipo que compite al más alto nivel futbolístico: hablamos de Segunda B y Tercera. Hablamos de formar jugadores que, con buenas condiciones, pueden ser de garantías para las categorías por las que, nos guste o no, nos estamos moviendo desde hace casi veinte años.
Muchos aplaudimos que Guille estuviera entre los elegidos del año pasado, más si cabe por tratarse del único palentino de la plantilla. Pero el hecho de que fuera un producto made-in-Palencia y la proyección del chaval nos ilusionó. Canario es la continuación de esa línea.
Una política adecuada, mentalidad de equipo, de sentimientos… El sueño de todo infantil, cadete, juvenil debe ser debutar en el equipo grande. Tal vez luego se marchen por dinero, pero la denominación de origen quedará para siempre. Pero si el sentimiento de defender una camiseta y unos colores se hace fuertes, se enseñan, se educan y se interiorizan, tal vez los diamantes en bruto quieran quedarse para hacer, en definitiva, más grande nuestro Club de Fútbol Palencia.

Artículo publicado en www.cfpalenciaco.com. Léelo aquí.

12 octubre 2008

El enigma de Cojoncio

Cojoncio es uno de esos nombres que nadie sabe si tan siquiera existen. Su origen es incierto, su etimología puede venir de “cojón” o de “cojo”, palabras que proceden de raíces diferentes, así que uno que se llamara Cojoncio no sabemos si tiene que ver con sus atributos o con su extraña forma de andar. El Santoral tampoco acoge a San Cojoncio, ni a ningún santo con un nombre parecido.
El caso es que gracias a Cojoncio sabemos que, un día de mayo de 1928, por nuestras calles anduvo nada menos que el gran Rafael Alberti en compañía de otro grande, con el que tenía mucha amistad: el tango en persona, Carlos Gardel. ¡Vaya imagen: Alberti y Gardel de paseo por Palencia!
Explica Alberti en "La Arboleda Perdida":

Con él [Carlos Gardel] salimos aquella misma madrugada para Palencia. Una breve excursión, amable, divertida. Gardel era un hombre sano, ingenuo, afectivo. Celebraba todo cuanto veía o escuchaba. Nuestro recorrido por las calles de la ciudad fue estrepitoso. Los nombres de los propietarios de las tiendas nos fascinaron. Nombres rudos, primitivos, del martirologio romano y visigótico. Leíamos con delectación, sin poder reprimir la carcajada: "Pasamanería de Hubilibrordo González"; "Café de Genciano Gómez"; "Almacén de Eutimio Bustamante"; y éste sobre todos: "Repuestos de Cojoncio Pérez". Un viaje feliz, veloz, inolvidable. Meses después, ya en Madrid, recibí una tarjeta de Gardel fechada en Buenos Aires. Me enviaba, con un gran abrazo, sus mejores recuerdos para Cojoncio Pérez. Como a mí era lo que más le había impresionado de Palencia.

Cuenta el poeta que venían de Santander, de ver un partido de fútbol y que esa misma madrugada se acercaron a Palencia. Debió de ser de tal magnitud la anécdota del cartelito dichoso que una de las parejas sentimentales de Alberti, María Teresa León, explica en sus “Memorias de la Melancolía” que Rafa (como ella le llama en su libro), al enterarse del fallecimiento de Gardel en un accidente de avión, se puso muy triste y se imaginó lo feliz que hubiera sido el reencuentro con su amigo recordando en persona aquella excursión a Palencia.

Los amantes de la lectura bien pueden recordar el nombre de Cojoncio en la novela La Colmena, de Camilo José Cela. Cuenta la historia que hubo un seminarista llamado Cojoncio Alba, un seminarista cuyo nombre vino por una apuesta que hizo su padre con sus amigos a que no llamaría Cojoncio a su hijo. El seminarista conoció a una mujer, Dorita, desdichada, a la que maldijo. Dorita tuvo un hijo al que mató, cuenta Cela, curiosamente, en unas cuevas que hay sobre el río Burejo, en la provincia de Palencia.

Todo esto viene a razón de un interrogante que se hacía Eugenio Pérez en El País hace unos días en un artículo que titula “El nombre de las personas”: «Una vez me aseguraron que en un pueblo de la provincia de Palencia hubo alguien a quien pusieron Cojoncio, por existir un nombre, igual o parecido, en el santoral.»
Pues, Eugenio, creo que seguimos sin saber si Cojoncio existió o si tan sólo fue un fantasma.

10 octubre 2008

Puro otoño de invierno

A Palencia también ha llegado el otoño. O, según días, el invierno. Uno ya no sabe en qué estación estamos cuando hemos visto hacer frío en primavera, o mucho calor en otoño, o escasas precipitaciones en invierno y abundantes tormentas entrado el verano. La realidad es que hace nada aún podíamos dejarnos la chaqueta en casa y ahora no podemos salir sin una gabardina, un paraguas bajo el brazo y el Frenadol en el bolsillo del vaquero.
El otoño, a su libre albedrío, hace de las suyas por nuestras calles. Manda a los niños al colegio con un tiempo de perros, obliga a los universitarios a hacer lo mismo, las bibliotecas comienzan a llenarse, y los flexos quieren ser protagonistas en las habitaciones a partir de la media tarde, si es que no nos toca echar antes abajo las persianas.
Las calles se poblan de jubilados durante las mañanas y de chiguitos con mochilas al hombro porlas tardes. Y con la noche encima, cada vez de forma más temprana (¡y qué decir cuando nos cambien la hora!), los bares hacen de punto de encuentro donde acabar el día en un sitio más o menos calentito en buena compañía.
Los soportales de la Calle Mayor duplican su trabajo en los días de lluvia y la ciudad se perfuma con aroma a castaña asada.
Las calles se llenan de charcos, las paredes de los colegios se adornan con murales de hojas de árbol secas pegadas con Imedio, los coches abusan de la doble fila frente a las academias, y la luz artificial nos alumbra cada vez más pronto.
En nada estaremos viendo escaparates llenos de adornos navideños. Y es que, aunque no nos haga mucha gracia, Crisis también tiene derecho a celebrar la Navidad. Ella está más alegre que nunca, y quiere celebrarlo junto a las familias donde ha encontrado techo.

Televisión, n
oches de series, sopas calientes, mantas, la bata de felpa, el olor a cocido al volver al mediodía, ventanas cerradas, el partido del Palencia con abrigo y guantes, y aquí, otro otoño o quizás invierno, estamos los de siempre: unos in corpore presente y otros desde la añoranza, esperando, y no tanto por el frío, que el tiempo mejore. No que el tiempo se ponga mejor, que mejore las cosas de quienes, con sol, vemos brumas.

05 octubre 2008

Nos recomiendan como escapada

Este pasado viernes, el diario "20 Minutos" nos recomendaba como destino de escapada. Bajo el titular "La Desconocida", el redactor Juanfran de la Cruz destaca alguna de las cosas interesantes que ofrece nuestra ciudad. A nuestra Catedral la califica de "Enigmática, bella, sobria". Da gusto leer artículos así:

Sorprende, cosas del desconocimiento, que una ciudad como Palencia, quizá menos evocadora que otras villas castellanas, destaque sin embargo en tantas otras cosas.
Su espectacular Cristo del Otero, por ejemplo, es el segundo más grande del mundo. Sólo lo aventaja en tamaño el famosísimo de Río de Janeiro (Brasil).

La catedral de Palencia, con permiso de la catedral Nueva de Vitoria o la de Toledo, ocupa también un segundo puesto, ya que es la segunda más grande de España tras la de Sevilla.
Y por otro lado, la ciudad (82.263 habitantes) es la que cuenta con la mayor proporción de parques por habitante en toda España.
Entre tanto dato oculto encontramos una urbe nada segundona y sí castellanísima. Una ciudad de paseos por su calle Mayor,de vinos y conversaciones en sus bares, de trato amable y vida muy
tranquila.Una villa antigua, La catedral de Palencia fue levantada a partir de una edificación visigoda. semilla de la actual Universidad de Salamanca, industrial y de pasado orgulloso.
Palencia es, además, una ciudad en la que florecen las en otros sitios tan escasa librerías, y las esculturas; y en la que las leyendas, como la boda del Cid, encuentran un hogar de robusta piedra vieja como San Miguel.

02 octubre 2008

El clásico

Todo buen equipo de Tercera suele estar compuesto de “los de siempre”, los que ni a sol ni sombra dejan la camiseta que un día comenzaron a vestir; de “los de casa”, que a menudo coinciden con el grupo de “los de siempre”, perfectos conocedores de la afición, de la Historia del club y de la ciudad a la que representan; de “las ilusiones”, los recién llegados en los que se depositan todas las esperanzas para lograr los objetivos de cada temporada; y de “un clásico”: este año toca Agostinho.
El clásico tiene su parte buena, la experiencia, y su parte mala, la edad. Pero como esto es Tercera, sus fichajes suelen verse con buenos ojos. Como bien decía Alberto Moreno cuando Onésimo llegó a La Balastera: “es que, si tuviera velocidad, estaría jugando en Primera, no con el Palencia”.
En los últimos años, el Palencia ha visto con buenos ojos la llegada de hombres como Cuaresma, Alberto, Luis Sierra, Juanjo o el mencionado Onésimo Sánchez. Todos han rendido perfectamente mientras han vestido la camiseta de nuestro club: Alberto aportó su gol, Luis Sierra su seguridad atrás, Onésimo su regate… No importa que vengan más viejos y más gordos. Su profesionalidad vale de sobra para una categoría en la que, lo que se necesita, es despuntar un poquito por encima del resto.
Sólo con el nombre asustan: qué pensarían (como me gusta decir para referirme a la Tercera) “los Garrays y las Hulleras” cuando venían a La Balastera a enfrentarse a un equipazo que mantiene una buena base, más los refuerzos y “en el que juega Fulanito, el que jugó en Primera con tal y cual equipo”.
Tanto si se busca un equipo competente como si no, su presencia siempre da color, crean expectación en la grada, provocan temor en el rival y, por experiencia comprobamos que, compensa tenerlos, al menos, durante un añito.
Agostinho, de momento, sirve para lo que se le trajo. Apunta a seguir luchando por ser titular y su línea recuerda a la de esos otros clásicos que dejaron buen sabor de boca y, cuando se marcharon, por la puerta grande, dejaron huella en los corazones morados.
Aquí, el enlace a este artículo de nuestros amigos de www.cfpalenciaco.com