Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

21 noviembre 2011

El cambio tiene que ser más grande

Ya tenemos Gobierno para los próximos cuatro años. Personalmente, yo no querría ser Presidente. Llevar las riendas de una crisis loca que da coces cuando quiere y te lleva por donde no puedes controlarla siempre ha sido una labor de riesgo.
Mientras los más fieles peperos alzan loas y alabanzas hacia su nuevo salvador y redentor Mariano, el resto de España mantiene su mirada de recelo, haciendo cruces en el calendario donde una vez al mes marcan las letras P-A-R-O o echando cuentas una y otra vez por si acaso las vacas tampoco engordan este año.
De nuevo nos acordamos de D'Hondt y su familia cuando echamos la vista hacia los partidos minoritarios. Los pequeños y diminutos puntos de colores en la representación del Congreso quieren seguir en su lucha por que un voto siga valiendo un voto, y un partido con representación nacional tenga su valor real y no el de los nacionalismos que no nos representan ni interesan.
En Palencia, ser de esa raza diferente, supone hacer el ridículo a los ojos de quienes se disfrazan con traje azul y rojo, más allá de no perder el orgullo de querer disfrutar el carnaval de otra manera. Del 2-1 no salimos. Y el resto de votantes vuelven a sentir que sus esfuerzos por España han vuelto a caer en la basura que el maldito D'Hondt dejó en el despacho de cada democracia que pasara por su puerta. Los 6245 votos a IU, los 4674 a UPyD, los 556 a PCAL, los 349 al PACMA, los 243 al PUM+J, los 232 a FE de las JONS, los 171 al URCL, los 86 al SAIn y los 75 al UCE no cuentan. Es decir, 12631 de los 104413 votos válidos pasan por la máquina destructora de papel sin que hayan servido para absolutamente NADA.
Además, el Senado queda no en un segundo, sino en un tercer plano, al que se menciona en los informativos como un añadido... Como un "¡Ah, que no se nos olvide!" Lo siento por nuestros senadores Marta Domínguez, Mª Ángeles Armisen, José Antonio Rubio y Miriam Andrés. Lo siento porque incluso los propios medios de comunicación dan la espalda a la Cámara más inútil y prescindible de las dos. Curiosamente, es en la que la representación se hace mejor: listas abiertas y todos por igual.
El cambio que se espera en España puede ser que lo arregle el que está o puede ser que suene la flauta, por casualidad. O puede ser que al tirar la ruleta caigamos en Bancarrota. De todas maneras, y crisis al margen, el cambio tiene que ser más grande. Mucho más que nuestros sueños y esperanzas de un sitio mejor.

16 noviembre 2011

El remedio del voto

Como palentino en el exilio, en lo que me miro o no lo del empadronamiento fuera, yo ya he votado. Ha sido la vez que lo he hecho con más desgana, que más me lo he pensado, que más he mirado lo que habría que hacer o no si quieres contribuir a lo que, dicen, es el cambio.
Se supone que votamos ahora a un partido que saque a España de la crisis. Y sabemos que ni uno, ni otro, ni el otro, ni la alternativa más extraña tienen la forma de hacerlo. Sería de muy malas personas saber sacar al país de esto y tener que esperar a unas elecciones para hacerlo. El paro, para una familia, es un drama gordo: discusiones, tensiones, incertidumbre y mucho "mal rollo". El paro, para un joven con estudios, es algo surrealista. El paro pierde sus tintes de negrura cuando un susodicho, que los hay en esta España del caradurismo, se lo toma como una paga extra mientras está de vacaciones, viviendo con los padres y, posiblemente, cobrando en negro algún sobresueldo. Pero son los menos.
España fue cultivo, no hace mucho, del escaqueo, de la especulación y del "tonto el que no se enriquezca". La avaricia ha roto el saco y nos damos cuenta de lo mal repartido que está todo. Nadie quiere pagar el pato de no se sabe qué culpables.
La banca, dicen... El gobierno, comentan... La burbuja, que estalló... El capitalismo... El sistema... La falta de valores... La falta de ética... La corrupción... ¡Yo qué sé! Ya no sabe uno si nos quieren confundir, si nos quieren engañar...
Vuelven los interrogantes de siempre: ¿a quién votar, para luego, al menos, poder quejarme? Las reglas están mal escritas: la abstención no cuenta, el voto nulo sí... Y otra vez, sabiendo que, de nuestra tierra, van tres candidatos, con el resultado 2-1 a favor de los que ya sabemos, casi pre-establecido. A efectos electorales, no votar es como no existir. Y como estamos donde estamos, el remedio para expresarnos es a través de la papeleta, como si es mojada en vómito.
Me da igual lo que pase de aquí al domingo. No quiero oir un sólo discurso más, una sola mentira más, una sola proposición indecente más. Me la resbala todo. Creo que, esta vez, del bipartido no nos bajamos. El de la barba, el del partido que por estar en el Gobierno ha demostrado que no puede con el bicho, y el del otro de la barba, el de las gafas, que ya ha perdido dos elecciones generales. El malo contra el peor. Desilusión y desesperanza. Sin remedio... ¡pero qué remedio!

08 noviembre 2011

Democracia imperfecta

Me dan mucha pereza estas elecciones. Con la crisis de por medio todo se vuelve más tedioso. Ninguno de los dos máximos representantes de la política ofrecen una apuesta ganadora, y se refugian en el miedo que invade a España desde fuera y en sus entrañas. Prudencia ante todo, nadie está para perder votos.
En época de escasez, los presupuestos para hacer campañas electorales siguen floreando billetes por doquier en mítines, carteles y debates totalmente inútiles que no sirven para convencer a prácticamente nadie. Si acaso, para espantar, pero nunca para ganar afiliados. Es lo que conocemos como "derroche".
Ahora las tijeras señalan a las Diputaciones, cuando bien saben ellos que el recortable del Senado se hace con mucha mayor tranquilidad para no pincharse los dedos con las puntas. Los esfuerzos se centran en conseguir Diputados, pero para el Congreso. Los senadores interesan poco. O más bien nada. Es como un filial para un equipo de fútbol. Como no aporte al equipo, en momentos de crisis es lo primero que sobra.
Y, otro año más, el bipartido se luce ante las cámaras de toda España para decepción de tantísimos partidos que aspiran a un sueño. Otra vez, el nefasto reparto de escaños tiene que hacer que los que votamos a nuestros representantes por Palencia se sienten en la misma sala donde hay diputados nacionalistas de otras autonomías que, con un número bajo de votos, sacan más fuerza que otras alternativas nacionales. ¿Para cuándo una maldita circunscripción única?
Para el orgullo que tenemos, no sé cómo no tenemos la posibilidad de crear y/o votar a un partido que se desmarque del resto. Como cada cual va a velar por sus propios intereses, ¿por qué un partido puramente palentinista, que luche por, al menos, uno de los tres escaños? Villarrubia y Cosidó, este último con mayor presencia de carteles que aquél, representan al PSOE y al PP, poco más. Es lo que hay. Los jóvenes ya hemos conocido la democracia como tal. Nuestros padres la valoran más. Pese a los cimientos fuertes con los que la construyeron, no hay nada como la erosión que produce el tiempo para dejar al aire las taras que esconden los ladrillos de esta democracia imperfecta.