Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

06 diciembre 2014

Volviendo por Navidad, o casi

IMAGEN PLAZA MAYOR (@Valdy1983)
¡Cuánto daño ha hecho el Almendro! Vuelvo a este blog en las fechas por las que suelen (o solían) comenzar a colocarse los adornos de Navidad hasta que el comercio, como de costumbre, lo adelantó todo.
Mi última visita a Palencia coincidió con el encendido del alumbrado de Navidad. Es verdad que, con el tiempo, perdemos inocencia, ganamos en mala leche y lo criticamos todo. De niño nunca se me ocurrió pensar que iluminar farolas, plazas, calles y escaparates podría ser un derroche de dinero porque en mi casa, que siempre fuimos justos de monedas, se hacía incluso los años en los que mi familia vivía más del paro que del trabajo.
Nunca se me ocurrió pensar que el niño Jesús del Portal de Belén podría ser extorsionado, secuestrado o cualquier otra burrada. Con la adolescencia y las primeras juergas piensas que demasiado poco pasa en el Nacimiento enfrente del Ayuntamiento.
Tampoco se me ocurrió pensar, de niño, en los mensajes subliminales que te explican en la Facultad de Periodismo. Ahora, es normal que se diga que la Plaza Mayor de Palencia se viste para estas fechas de azul PP y que el aumento del gasto tanto en San Antolín como en estas próximas fiestas tiene matices electoralistas.
De niño, Todos los Santos era Todos los Santos y ahora, el Black Friday es una moda que promete dar tanta guerra como el Jálogüin del demonio. Lo venden como la oportunidad, dicen, para adelantar compras de Reyes. Pensaba que sólo era algo que ocurría en Mediamarkt, en la Fnac, en internet y sólo para cachibaches tecnológicos, discos y libros. Pero me equivoqué. Y hasta me horroricé cuando lo vi plantado en el escaparate de una tienda de cosas para bebés que aún no saben que 'black' es 'negro' y 'friday' es 'viernes', por mucho que los padres 'cool' se empeñen en que aprendan inglés antes que castellano. Da igual: sabemos que los pequeños retoños acabarán por la Zona dándole al disfraz de cuernos con la cara pintada y cubata en mano dentro de 18 Primeros de Noviembre, sin que nada podamos haber hecho.
Diría que no hay nada como no crecer para seguir disfrutando de la Navidad como nos la enseñan. Pero, ahora, de mayor, no miro con malos ojos (y diría que hasta me gusta) el cosquilleo del día de la Lotería, las ganas de las cenas de empresa, de amigos... y el descanso de esos días con nuestra gente: lujuria, gula y pereza, en frío, en caliente, del tirón. Así lo creemos servidor y mi mala leche.

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